Yo estaba enfebrecida
Con la mollera caliente
Con el cuerpo helado por el miedo acumulado de los años
De los roces falsos
De las fantasías elaboradas como cristales que punzan a quien las acumula
enferma enferma con un puñado de polillas blancas revoloteando mis recuerdos
las historias grises que construí de mi camino porque no sabía lo que era amarme
aún hoy me pregunto muchas veces de qué se trata eso
de la generosidad hacia el propio corazón