no evadiré el dolor
no me perderé en la búsqueda absurda de lo que no es
de lo que estando afuera sólo me distrae y me confunde
miraré hacia adentro sin dejar que eclipse ese mirar la grandeza de la vida
sino que la alimente
que lo que viene de afuera sean los regalos de los hallazgos interiores
producto de enfrentarme al dolor
como a un espejo profundo
de reconocimiento ancestral
como puente a la maravilla de lo desconocido