Estos días he puesto la inteción en mirar a los ojos al dolor, el mío propio, avasallada por los cambios climáticos, el frío que de pronto empieza a recorrerme y me indica que el invierno se avecina, no le tengo miedo me digo, porque miro de frente el dolor de mi cuerpo que refleja el dolor de mi interior, y en ese espejo que es mi cuerpo, en esa bellisma «brújula de mi cuerpo» como dice Suely Rolnik sigo buscando-me, amasando la congoja, los fantasmas, los bultos que cargo, la energía constreñida en mis articulaciones.
Siempre tan hermoso el arte que haces con el trabajo de tus letras, ¡Están geniales!